Chau Gánster

El juez pistolero, como era conocido Claudio Bonadío por fusilar por la espalda a dos pibes chorros en 2001, murió a los 64 años de un tumor cerebral. Su fallecimiento pone fin a una carrera judicial de más de treinta años que acumula encubirmientos, estafas, enriquecimiento ilícito y persecuciones políticas. Reconocido por su cruzada contra el kirchnerismo en general y contra Cristina Fernández en particular fue el mayor exponente del Lawfare en argentina durante sus últimos años de servicio.

Claudio Bonadío falleció durante la madrugada de este martes 4 de febrero a las 6.45 de la mañana en su domicilio del barrio porteño de Belgrano a los 64 años, tras ser intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones por un tumor cerebral. El magristrado se encontraba con licencia hasta marzo del 2020. Desde primeras horas de la mañana las redes sociales de Juntos por el Cambio, y de los principales funcionarios del anterior gobierno elevaron grandes pésames por el fallecimiento del juez.

El dedazo y la servilleta de Corach

Figura polémica de la justicia argentina, Claudio Bonadío inició su carrera judicial en 1993 designado a dedo por el ex presidente Carlos Menem, a cargo del juzgado federal de Morón. Previamente fue asesor de Carlos Corach, que más tarde sería ministro de Interior y a quien siempre guardó lealtad. Esta amistad le permitió ascender rápidamente y ser asignado en 1994 al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional.

En 1996, a poco de asumir, cosechó su primer cuestionamiento cuando el ex ministro de Economía del menemismo Domingo Cavallo denunció la existencia de una "servilleta" donde Carlos Corach había anotado los nombres de los jueces adictos al gobierno entre los que estaba Bonadío. Cavallo fue obligado a dimitir pero afirmó que vio y escuchó cómo Corach le pedía a Bonadio que archivara una causa suya por presunto enriquecimiento ilícito.

Pistolero y sicario de "La Embajada"

En 2001 estuvo a punto de ser procesado por exceso en la legítima defensa tras un tiroteo con dos jóvenes de 19 y 21 años que presuntamente pretendían robarle. Bonadío salió ileso y los atacantes murieron de 5 y 6 disparos de Glock 40mm cada uno, varios de esos disparos fueron por la espalda, al modo fusilamiento. La causa nunca prosperó, pero encumbró al magistrado al lugar de héroe para quienes defienden la pena capital y la mano dura en nuestro país. En este sentido fue un precursor de la Doctrina Chocobar.

Aunque su actuación más brillante y reconocida es sin duda su cruzada judicial contra el kirchnerismo todo y contra CFK en particular. A pesar de acumular más de 51 denuncias penales y más de 75 recusaciones en el Consejo de la Magistratura por mal desempeño, Bonadío encarnó "la independencia y los valores republicanos" según funcionarios del anterior gobierno por imputar y procesar a Cristina Fernández de Kirchner en las causas del Memorándum de la AMIA, Hotesur, Dólar Futuro, y la llamada "De los Cuadernos" entre otras.

Que la mayoría de esas causas no hayan prosperado por falta de pruebas, haya sido removido por falta de imparcialidad, o simplemente sean un esperpento judicial no fue obstáculo para que el juez pistolero continuara su persecución contra funcionarios y militantes kirchneristas y populares hasta los últimos días de su vida. Decimos adiós, a la figura de un magistrado que sólo van a extrañar los amigos del Lawfare orquestado por La Embajada y los palmeros de la Doctrina Chocobar.

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Periodista y fotógrafo. Edito, escribo y leo. No siempre en ese orden.

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