Eyectaron a Rodolfo Mignarini: hasta nunca machirulo

Tras una larga carrera como juez cómplice de la violencia machista en Santa Fe, el juez Rodolfo Marignani fue expulsado por unanimidad de su cargo por "mal desempeño, falta de idoneidad y perspectiva de género". Fueron 11 los casos en que el ahora ex magistrado conmutó o rebajó al mínimo las penas a acusados de abuso sexual "por usar preservativo" o en procesos donde relativizó la veracidad de un testimonio por que la víctima padecía retraso madurativo.

El que hasta ayer era juez del la Cámara de lo Penal de la provincia de Santa Fe fue expulsado de su cargo por unanimidad, sin posibilidad de apelación y no podrá volver a ejercer un cargo en el Poder Judicial. Rodolfo Mignarini enfrentó un jury en el que los jueces de la Corte Suprema de la Provincia, el diputado provincial Maximiliano Pullaro, el senador Armando Traferri y los abogados Héctor Ferrero y Julio Pagano votaron todos a favor de su destitución.

Los fundamentos del fallo señalan que Mignarini acusa un "mal desempeño en sus funciones, incumplimiento reiterado de obligaciones del cargo y falta o carencia de otras aptitudes esenciales para el cumplimiento de la función judicial"

En total fueron 11 las causas en las que el juez rebajó las sentencias o conmutó penas a acusados por abusos sexuales de diversa consideración, en fallos más que polémicos. En uno de los casos más tristemente conocidos, dictó la libertad para un acusado de abuso sexual con acceso carnal "por usar preservativo".

En otra de sus lamentables actuaciones dictó la falta de mérito para un procesado acusado de abuso sexual contra un menor de edad con retraso madurativo, por considerar que el relato "le generaba dudas". Hasta en 11 casos eximió o rebajó las condenas a acusados de delitos sexuales, todos o casi todos igual de graves y probados.

Una reforma judicial transfeminista

Si los jueces hablan por sus sentencias, la falta de perspectiva de género en ese -por lo demás poco democrático- poder del Estado, es una evidencia y una garantía de la impunidad para agresores y violentos machistas. La urgencia de pensar la justicia en clave feminista y popular se hace patente en las calles y especialmente desde el pasado 8 de marzo.

En palabras de la abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse:

Es necesario que quienes imparten justicia en nuestro país incorporen la conciencia de género y se erradique del Poder Judicial la cultura conservadora y patriarcal que se evidencia en infinidad de fallos.Una reforma transfeminista tiene que tener un importante contenido democratizador y popular.

Una reforma judicial en clave feminista y popular permitiría el acceso genuino e igualitario y con perspectiva de género a la justicia para todes. Un nuevo ordenamiento jurídico que establezca la obligatoriedad de capacitaciones y sensibilización a todos los funcionarios del poder judicial permitiría fallos aberrantes como los de Mignarini. Asimismo, la elección de perfiles idóneos para los cargos y la remoción de viejas rémoras patriarcales oxigenaría nuestro sistema judicial situándolo en su época y contextualizando las necesidades de la sociedad a la que debe servir. En síntesis, una justicia feminista es una justicia para todes.

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