Debajo de la bandera

El domingo pasado fue el Día Internacional del Orgullo, y en Córdoba se vivió un episodio lamentable. Un grupo de militares ex-combatientes de malvinas y personas ligadas a la derecha nacionalista, se convocaron para bajar la bandera del orgullo LGTTTBIQ+ en nombre de la Patria. Sin embargo, la polémica venía desde el día anterior cuando un señor, sin éxito, quiso bajarla.

Entre argumentos antifeministas y homo-odiantes de que la bandera atenta contra la familia tradicional, que Dios creó al hombre y a la mujer para que se reproduzcan, o que todo bien con los homosexuales pero de la casa para adentro, que no es lugar un parque para alentar prácticas no hetersexuales y centenares de ideas que dan náuseas, la Municipalidad de Córdoba hacía lobby político para las disidencias sexuales. Y por debajo de la bandera en realidad hay cosas más importantes. No porque simbólicamente no tenga relevancia, que es insignia de luchas y algunas conquistas, sino porque las prioridades y las necesidades tampoco se agota allí.

Corre el 2020 y todavía algunxs se preguntan cómo es posible que en el Siglo XXI haya que salir de un clóset. Sin embargo, algunos sectores ven una bandera y se espantan y se llaman a defender la patria y la familia. El clóset sigue siendo un lugar para muchas personas, si, en el 2020. Aún en el 2020 es importante salir de ese clóset como acto político. El clóset no siempre es un lugar donde esconderse de la vergüenza o de la violencia, etc etc, sino que a veces el es usado justamente por esta gente, que nos prefiere invisibles, como el famoso "todo bien con que se besen, pero en su casa". Es el lugar al que algunxs quieren destinarnos para borrar diferencias y privilegios cuando alguien sale de la heteronorma. Podemos argumentar en páginas enteras porqué es relevante nombrarse como putx, lesbiana, travesti, trans, no binarie, en nuestros días, en nuestros espacios. El orgullo como respuesta política lo es en tanto existe un sistema de heterosexualidad obligatoria... y mientras así sea, no importa cuál el siglo, no importa en cuál año, seguiremos militando nuestra visibilidad, nuestra identidad, nuestro derecho a vivir libremente como (nos) deseamos, etc.

Retomando lo anterior. Resulta que la bandera fue bajada, finalmente, para trasladarla a otro lugar, un espacio donde prontamente se abrirá un centro cultural LGTTTBIQ+. Lo curioso es que, mientras el lobby sigue, la Municipalidad de Córdoba despide a de trabajadorxs de la cultura. Motivo por el cual, hoy mismo, la Mesa Coordinadora de la Marcha del Orgullo Disidente de Córdoba, sacó un documento repudiando lo sucedido el domingo, pero también, vamos a decirlo sin vueltas, la lavada de cara de la municipalidad. "Hacemos también público que la decisión de bajar la bandera bajo un acuerdo de unxs pocxs, NO representa la decisión de todo nuestro colectivo. ¡No en nuestro nombre! Desde esta mesa NO participaremos de actos simbólicos que no hacen más que tapar con una mano la necesidad de un Estado trabajando para una sociedad más inclusiva e igualitaria con políticas públicas concretas para nuestra comunidad. Cabe destacar que se creará un centro cultural en medio de un ajuste y despidos masivos de compañerxs también del sector de la cultura de nuestra comunidad. Este hecho significativo representa una puja innecesaria con el sector de trabajadorxs y sectores populares. No puede haber beneficios para pocxs. NO en nuestro nombre".

Cabe nombrar que, lo que pasó el domingo no es un hecho aislado. Fue un episodio de gran violencia donde estas personas antiderechos portaban armas de distintos tipos y agredieron a compañerxs. Mientras, la policía custodiaba a los convocados formando un hilo que separaba unxs de otrxs y dejaba pasar las agresiones y amenazas. Golpes con cadenas, destrozo de la placa, insultos, etc.

Ese día sólo hubo una denuncia de una de las heridas, radicada en la comisaría 4° de la ciudad. Este es otro tema importante, en diálogo con una abogada activista y lesbiana que se hizo presente en el lugar, me dice que hay muchas imposibilidades para que nos animemos a denunciar este tipo de accionares. Es cierto que es una exposición, que el proceso suele ser muy desgastante, etc. Pero se está alentando a que podamos pensar en términos jurídicos qué herramientas son las que tenemos a nuestro alcance en estas situaciones. "Sino queda todo muy en la nada y a nosotrxs siempre que pueden nos hacen algo penal, aparte. Es una herramienta que siempre usan en nuestra contra y nosotrxs nunca usamos", me comenta.

Se alienta a que quienes se hicieron presentes allí y fueron testigos del hecho, violentadxs físicamente, amenazado o insultadx por identidad de género y/o sexual, presten testimonio al fiscal Raúl Garzón quien actuó de oficio. Se aclara además que la denuncia es un derecho y sería relevante que se escuche el relato de los hechos. Las denuncias se realizan de manera online ante el Ministerio Público Fiscal del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba. Se ingresa al portal de denuncias "https://denunciasmpfcordoba.gob.ar/publicpages/denunciaNN". El paso siguiente es llenar el formulario y posteriormente se indicará un día para firmar la denuncia realizada. Así la denuncia llegará al fiscal a cargo.

Muchas cosas son las que hay que seguir pensando y defendiendo a 51 años de la revuelta de Stonewall. Por más pinikwashing, por más lobby, por más uso político y comercial que se le de a nuestra lucha, aún enfrentamos diariamente situaciones como estas. Grupos violentos, organizados en espacios de ultraderecha, ex militares y antiderechos, se presentan como una amenaza. Aún la expectativa de vida de las personas trans y travestis en el país es bajísima, y el acceso a trabajos formales es súmamente limitado, más en un contexto de pandemia y aislamiento obligatorio. Dicho sea de paso, es un momento que se está aprovechando para la desmovilización de los sectores populares y aplicar políticas que van contra nuestros derechos.

Tampoco hay que entrar en pánico, que lo conseguido tanto simbólica como materialmente es mucho, pero hay que seguir defendiendo día a día e ir por más, porque la derecha amenaza. Los odiantes están ansiosos por hacer daño, pero de nuestra parte también hay consensos que permiten organización y unión ante estos episodios que no dejaremos que sigan sucediendo. No pasarán.

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Licenciada en Comunicación Social, Universidad Nacional de Córdoba. Redactora en Enfant Terrible y autora de numerosos artículos publicados en distintos medios.

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