Cada día más conservadorxs

Hace algunas semanas en las redes sociales se debate sobre "Mignones", la primera película de Maïmouna Doucouré. Tras haber sido lanzada por la plataforma Netflix, causó masivos repudios por ser considerada como apología a la pedofilia y la hipersexualización. No es sorpresa que el "boicot" haya sido motorizado por Radfems (feministas radicales) aliadas a sectores conservadores y religiosos.

" Amy de 11 años quiere explorar su feminidad bailando sexualmente para desafiar las convenciones tradicionales de su familia". Ante esta sinopsis mal intencionada con que Netflix describió la película, surgieron montones de repudios sobre el film, impulsados bajo el hashtag #NetflixPedofilia. La directora, ante esta situación, tuvo que dar explicaciones sobre su realización, a lo que apuntaba y lo que abordaba, que sin embargo poco importó.

Asistimos a un momento en el que las reivindicaciones por el cese de la violencia hacia las mujeres es cada vez más usado por sectores conservadores y de derecha. Hay una relación cercana entre las reivindicaciones de dichos sectores con el feminismo Radfem, las más abolicionistas y prohibicionistas de todxs. Una cuestión histórica, que continúa ganando adhesiones. Aprovechando la masividad, de lo que prefiero llamar como lucha de las mujeres, y no feminista.

'Mignones' cuenta la historia de Amy, una niña de 11 años, parisina y de familia africana y muy religiosa, que busca ser parte de un grupo de baile, a pesar de la oposición familiar. En realidad, la directora aborda la problemática, por un lado, del choque cultural y por otro, de la hipersexualización. En una entrevista con el portal Cineuropa, la directora dijo: “Este es un retrato intransigente de una niña de 11 años sumergida en un mundo que le impone una serie de dictados. Era muy importante no juzgar a estas chicas, pero sobre todo entenderlas, escucharlas, darles una voz, tener en cuenta la complejidad de lo que están viviendo en la sociedad y todo eso en paralelo a su infancia que siempre está ahí, su imaginario, su inocencia”

La película tiene fecha de estreno el 9 de septiembre, y sin embargo ya tiene repudios e incontables objeciones. El boicot que se organizó por las redes sociales buscaba cancelar la primera película de Maïmouna Doucouré. Lanzaron una campaña de juntar firmas por change.org, y en 72 horas juntaron 230 mil firmas.

Maïmouna Doucouré.

Hace algunos meses buscaron cancelar la película "365" , ya que se consideraba violenta para las mujeres. Algunos sectores del feminismo rápidamente salen al 'rescate' de mujeres que puedan toparse con una obra y quedar expuestas a situaciones de violencias, con la advertencia sorora como telón de fondo. Nuevamente, refuerza posiciones que más que emancipar, victimizan a las mujeres. A diferencia de esta, "Mignones" es una película que intenta complejizar la cultura desde una perspectiva feminista.

"La cultura de la cancelación" busca eliminar del espacio público a personas o entidades cuando hacen o dicen algo considerado como inaceptable u ofensivo. Se llama a retirar apoyo financiero, social y moral, práctica facilitada y frecuente en las redes sociales. Así también está en consonancia con prácticas como los escraches o acciones punitivas de este tipo. El objetivo es cancelar, sin oportunidad de dialogar o reflexionar. Las advertencias o las reivindicaciones por retirar o prohibir obras consideradas dañinas va a la par de este paradigma, y el peligro está en que puede volverse en contra a largo plazo. Purificar valores morales son caldo de cultivo para consecuencias mucho más conservadoras.

Marta Lamas, en su libro "ACOSO ¿denuncia legítima o victimización?", documenta que, en los años 70 el feminismo estadounidense cooptado ampliamente por el Feminismo Radical, la "creencia de que hay una sexualidad apropiada para todas las mujeres, lo que coincide en gran medida con la tradición judeocristiana, y explica en parte la alianza que las feministas radicales han desarrollado con los grupos conservadores para emprender una cruzada moralista".

Como pilares se van erigiendo estas tendencias conservadoras. El punitivismo, la cancelación, la prohibición. Ante el inmediato linchamiento virtual que implica todo abordaje, mirada o complejización de los problemas culturales y sociales que incomodan, ¿dónde iremos a parar con estas tendencias cada vez más derechistas disfrazadas de feminismo?

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Licenciada en Comunicación Social, Universidad Nacional de Córdoba. Redactora en Enfant Terrible y autora de numerosos artículos publicados en distintos medios.

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