El sindicato es una de las herramientas más valiosas que tienen lxs trabajadorxs para luchar y para sostener sus derechos y sin embargo, no está excenta de desigualdades estructurales que conforman nuestra sociedad. En ese sentido, las preguntas que recorren el trabajo se interesan en documentar y sistematizar las limitaciones que la vida gremial impone sobre las trabajadoras y cómo sueperarlas. Lo plasmado en el informe Feminismo y Sindicalismo surge a partir de veintidós entrevistas a más de cuartena dirigentas y activistas, se recuperaron y construyeron.

Uno de los principales obstáculos estructurales que atraviesan las mujeres trabajadoras tiene que ver con la división sexual del trabajo. Es decir, con la separación entre el trabajo productivo y el reproductivo. ¿Quiénes quedan a cargo de las tareas de cuidado? La familia nuclear como principal organizadora social, impone las determinaciones materiales entre mujeres y varones, tanto en el mercado de la fuerza laboral y en los hogares, como subjetivamente. "Las mujeres tienen menos oportunidades/variedades de formación y empleos, con salarios mensuales más bajos, en empleos más precarios y están en peores condiciones de ingresar o acceder a un puesto, incluso teniendo la misma (o mejor) formación que un varón", afirma el informe.

Cubrir las necesidades básicas resulta cada vez más complicado, motivo por el cual la jornada laboral es cada vez más extensa. Esta problemática afecta directamente a otra: el tiempo destinado al trabajo reproductivo o de cuidado es más escaso. De este modo, al contar las trabajadoras asalariadas con "doble jornada", que se reparten en sus hogares y en sus trabajos, cuentan con menos disponibilidad para realizar otras actividades. Ese tiempo "extra" es vital para la participación gremial, y es una de las causas de masculinización del espacio gremial, como las asambleas, direcciones, cuerpos de delegados, entre otros.

Por otro lado, el informe destaca que cuando se universalizan varones y mujeres como grupos sociales homogéneos se oculta la existencia de otras opresiones que no atraviesan a todxs de la misma manera. Nos referimos a las personas travestis, trans, intersex o no binarias.

Otro eje abordado fue respecto a la violencia y el acoso laboral y a la violencia doméstica. "La violencia hacia las mujeres es ejercida dentro y fuera del ámbito laboral y condiciona las posibilidades de sostenerse en el empleo y organizarse para disputar mejores condiciones", relevan. "Es posible que por ello, uno de los espacios organizativos que reúne a más compañeras del sindicato y a la vez posibilita la participación de mujeres que no activan asiduamente dentro de la estructura gremial, sean aquellos destinados a remover algunas formas de violencia contra las mujeres" destacan en el informe.

Durante la actividad, mientras las panelistas exponían el proceso y el resultado del informe, había un feedback con las asistentes. En ese contexto, hubo espacio para algunos intercambios con ellas, o sencillamente- también entre chistes- la confirmación de esas realidades. Esa experiencia que es compartida, que no recae sobre el cuerpo de una trabajadora individual, sino que forma parte de las estructuras antes mencionadas.

El apartado 4° de Feminismo y Sindicalismo sistematiza las estrategias y acciones existentes para superar las limitaciones en ocho puntos. En primer lugar, la cuestión de los cupos: discusión sobre la contratación de mujeres. Por otro lado, tiene mucha importancia la formación en materia de género y diversidades a través de talleres, encuentros, cuadernillos y difusión. En tercer lugar, se plantean las estrategias para contrarrestar la violencia y el acoso laboral y la violencia doméstica, con el armado de protocolos contra la violencia y la manera en abordarla y contenerla ante la existencia de casos con personas especializadas, también licencias por violencia de género, entre otras estrategias.

En cuarto lugar, las políticas de cuidado, como ser espacios y recursos económicos para el cuidado en los lugares de trabajo, como así también para la actividad sindical, además de estrategias para incidir en el tiempo de cuidado. El quinto punto, se trata de la organización de mujeres en los lugares de trabajo y en las estructuras gremiales. A este le siguen los recursos para áreas y actividades de género: financiamiento para realizar actividades, para viáticos de las dirigentas y para la formación.

El penúltimo punto se trata del crédito horario y licencias sindicales: "Una de las conquistas más importantes de les trabajadores para el desarrollo de la actividad sindical es la posibilidad de contar con crédito horario y licencias sindicales para el ejercicio de tareas gremiales", especifican. Por último, se plantean los espacios de intercambio específico de mujeres, como ser asambleas, comisiones y redes.

Feminismo y Sindicalismo: estrategias y mecanismos para fomentar la participación de las trabajadoras, fue presentado en el marco de la formación y capacitación en materia de géneros y diversidad hacia dirigentes, afiliados y afiliadas de ATE Córdoba. El 11 de mayo tuvo lugar  el taller de formación en Relaciones Laborales y Géneros a cargo de Jimena Frankel, Julia Campos y Mariana Campos, Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma.